Ejercicio y Salud

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Nuestra sociedad han sufrido en las últimas décadas grandes cambios sociales, demográficos, económicos y culturales, además de una profunda transformación epidemiológica, relacionadas con los padecimientos, accidentes y enfermedades. 

 

En el siglo pasado, las grandes epidemias y/o pandemias que preocupaban fundamentalmente eran las enfermedades infecciosas y transmisibles. En la actualidad, nos toca vivir una situación en la que un nuevo agente infeccioso hace que se haya decretado el estado de alarma como medida preventiva para combatirlo.

 

Esta situación restringe nuestra salidas desde nuestros hogares,  limitando nuestra capacidad de desplazamiento, y hace que tengamos que pensar en diferentes recursos para pasar ese tiempo de forma activa, uno de los mejores recursos es mantener o mejorar la capacidad de realizar ejercicio físico en nuestro hogar, en el que deberíamos de adoptar o seguir un estilo de vida que reportara beneficios contra el sedentarismo y la inactividad física. 

 

Si bien los beneficios para la salud de la actividad física regular y el ejercicio están bien establecidos y se han incorporado a las recomendaciones nacionales de salud pública. muchos estudios actualmente se están interesando por conocer los efectos nocivos de la inactividad física .  

 

Un enfoque útil del "mundo real" para comprender lo que sucede en nuestro organismo debido a la inactividad física es la reducción de pasos diarios a corto plazo.

Está revisión nos ofrece información acerca de la reducción de la práctica de actividad física durante un periodo de 2 semanas en adultos y mayores, basados en el conteo diario de pasos.

 

Los estudios de reducción de pasos se han centrado en gran medida en los parámetros musculoesqueléticos y de salud metabólica, proporcionando modelos de enfermedad relevantes para el síndrome metabólico, diabetes tipo 2 (T2D), enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), sarcopenia ( disminución de la masa muscular) y osteopenia / osteoporosis. (disminución de la densiidad ósea)

 

En individuos no entrenados, incluso una reducción a corto plazo en la actividad física tiene un impacto significativo en la proteína del músculo esquelético y el metabolismo de carbohidratos, causando resistencia anabólica y resistencia a la insulina periférica, respectivamente. 

 

Desde una perspectiva metabólica, la resistencia a la insulina periférica inducida por la inactividad a corto plazo en el músculo esquelético y el tejido adiposo, lleva consigo una acumulación de triglicéridos en el hígado,  que conduce a la resistencia a la insulina hepática y a una dislipidemia característica. Esto viene a decirnos, que cuando tenemos un comportameinto sedentario (figura de la derecha), va a existir una reducción en la absorción de glucosa por parte del músculo, haciendo que el organismo tenga que producir más hormona insulina (hormona encargada de introducir la glucosa en el músculo) para disminuir los niveles de glucosa en sangre hasta un un rango que no sea perjudicial para nuestra salud. Esto es lo que se conoce como resistencia a la insulina, que si mantiene durante mucho tiempo, puede derivar en diabetes tipo 2.  

Esta resistencia a la insulina va a facilitar la acumulación de grasa corporal, y el aumento de triglicéridos dentro del hígado, dando como resultado una dislipidemia, aumento de los niveles de trigulicéridos en sangre.

 

 

De la misma forma , varios factores relacionados con la inactividad contribuyen a una disminución de la función, una reducción en la aptitud cardiorrespiratoria, la masa muscular y la fuerza muscular. todo ello puede repercutir negativamente en nuestra calidad de vida. 

 

 

Tanto el proceso normal de envejecimiento como la inactividad física, van a tener unas consecuencias muy similares a nivelmusculoesquelético, ya que van a aumentar la inflamación de bajo grado de nuestro organismo, debido al acúmulo de productos de desechos que se dan en las diferentes funciones celulares. Del mismo modo  en el envejecimiento y la inactividad física prolongada, se va a reducir la capacidad de regeneración de células satélites, encargadas de la formación de nuevas células musculares, dando como resultado a la atrofia muscular, es decir, la disminución del tamaño de los músculos. 

 

La inactividad física puede ser particularmente perjudicial en ciertas poblaciones de pacientes, como aquellas con alto riesgo de T2D o en las personas mayores, considerando la sarcopenia u osteoporosis que suelen padecer este grupo de población.

Igualmente las consecuencias de los efectos nocivos de la inactividad física a corto plazo (con reducción de pasos) son reversibles en la reanudación de la actividad física habitual en personas más jóvenes, y en adultos mayores.

Mantente activo físicamente durante lo que dure el periodo de Estado de Alarma. Una muy buena opción es usar las sesiones del Ejercicio Te Cuida en Casa.

 

Referencia:

 

Bowden Davies KA, Pickles S, Sprung VS, et al. Reduced physical activity in young and older adults: metabolic and musculoskeletal implications. Ther Adv Endocrinol Metab. 2019;10:2042018819888824. Published 2019 Nov 19. doi:10.1177/2042018819888824. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6878603/

 

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