Ejercicio y Salud

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Mientras que los investigadores intentar dar con una vacuna eficaz contra el coronavirus COVID19, lo cierto es que ahora mismo, tanto la prevención como la respuesta de nuestro sistema inmunológico, se convierten en nuestras mejores herramientas para hacer frente a sus efectos. Nuestro sistema inmunitario es una compleja defensa formada a partir de una red de células, órganos y tejidos que se ponen manos a la obra en conjunto cuando hongos, parásitos, virus y bacterias tratan de atacarnos.

 

A parte de las medidas de prevención, tener un sistema inmune fuerte es muy importante para que, en caso de infección, podamos vencer al virus con más fuerza, ya que las respuestas de nuestras defensas dependen en buena medida el efecto que el virus pueda ocasionar en el organismo.

 

Para ello la práctica de ejercicio físico regular y tener una alimentación sana y equilibrada son dos medidas podemos adoptar ya que afectan positivamente al sistema inmunológico, junto con dormir y descansar lo adecuado, evitar situaciones estresantes, así como el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias que resulten tóxicas.

 

La población más vulnerable frente a este coronavirus son nuestros mayores. A medida que envejecemos todos nuestros tejidos, órganos y funciones van deteriorándose. El sistema musculoesqulético no es una excepción, y es que a medida que envejecemos nuestra masa y función muscular van disminuyendo. A esta situación se le denomina SARCOPENIA.

 

Diferentes investigaciones han demostrado que el músculo esquelético, a través de la contracción muscular va regular nuestro sistema inmune, a través de unas sustancias que se llaman mioquinas (IL-6, IL-7, IL-15).

 

La función muscular saludable se pierde gradualmente con el envejecimiento debido a la inactividad física, los cambios metabólicos y la acumulación de inflamación crónica de bajo grado. A su vez, la función muscular alterada reduce la señalización de las células del músculo esquelético necesaria para la regulación y el mantenimiento del sistema inmune, dando lugar a un círculo vicioso en el que la disfunción del sistema inmunitario y muscular se mantienen entre sí. Las personas con sarcopenia tienen un mayor riesgo de infección, lo que implica una relación de la función inmune deteriorada.

La práctica de ejercicio físico ha demostrado ser efectiva para combatir las patologías asociadas a la edad. En parte, este efecto está mediado por las mioquinas que se producen en respuesta a la contracción muscular, promoviendo un aumento de la masa del músculo esquelético y su liberación, lo que puede dar como resultado una mejora en nuestro sistema inmunitario, y hacernos más fuertes ante agentes infecciosos externos.

 

En esta situación provocada por el COVID19 debemos de extremar las precauciones como medida preventiva a la hora de realizar ejercicio físico en nuestros hogares ya que después de su finalización, puede aparecer una disminución de la vigilancia inmune, en el que la capacidad de nuestras defensas queda algo disminuida, volviendo poco tiempo después a la normalidad. Este fenómeno se conoce como “ventana abierta". Por lo que tendremos que tener muy en cuenta las reglas básicas de higiene y sentido común:

 

Lavarnos las manos con frecuencia antes y después de ejercitarnos; reducir las rutinas de ejercicio o suspenderlas si nos sentimos mal; evitar compañeros de entrenamiento, pasar una toalla húmeda por el material que utilices antes de utilizarlo, a ser posible con una solución de agua y lejía y ventilar el espacio dónde nos ejercitamos. 

 

 Referencias:

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